viernes, 13 de septiembre de 2013

Bienestar y aprendizaje

Talleres ICBC 2013


Rocío se llamaba una de mis profesoras de pedagogía. Ella tenía ascendencia prusiana, o parecía tenerla. Seria, impecable, rigurosa. Poco generosa en la sonrisa, parecía una eterna exiliada de los territorios donde reina una carcajada.  

La profesora Rocío había sufrido algún accidente y una pierna postiza -por lo menos eso recuerdo- acentuaba en su corporalidad sus maneras mecánicamente perfectas para redactar, comunicar y cumplir con los objetivos estipulados para una clase. Eso nos quedó, a la gran mayoría de sus discípulos, totalmente claro.

Sin embargo, nunca olvido cuando nos advirtió que una buena clase siempre tenía en su contenido un  toque de humor, de amor y de sexo, “en tanto son ingredientes que siempre atrapan la atención de los estudiantes”. Ella -con haber pronunciado estas tres palabras juntas- logró el silencio de todos nosotros y, por lo tanto, nuestra total atención, retención e incorporación del más profundo sentido de lo que decía.

Veo hacia atrás y reconozco en esta escena el evento iniciático que puso sobre la mesa de mi ocupación -como profesora/ facilitadora del aprendizaje- el valor de hacer de mis talleres, clases y charlas no sólo un espacio entretenido, sino también divertido, donde se puede vincular el bienestar con el aprendizaje.

Uno de los indicadores de éxito de los talleres son las sonrisas -y también la risa- de los participantes que -además- oxigenan el cuerpo, lo descontractura, colaborando con la incorporación de nuevos conocimientos. Hasta mi profesora Rocío, que parecía tan estructurada, así lo reconocía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...